La tecnología avanza cada vez más rápido. De hecho, desde mediados del s. XX esta evolución ha sido exponencial, y sin precedentes a lo largo de la historia. ¿Un ejemplo? El primer disco duro, creado en 1956, pesaba una tonelada y tenía una capacidad de 5 MB. Hoy en día una sola foto en nuestro teléfono móvil ya ocupa esos MB sin problema, y medimos la capacidad de estos discos en gigabytes o incluso terabytes.
Para los usuarios, ha sido fácil acostumbrarse a la comodidad e inmediatez que brinda la tecnología. Para las empresas, ha facilitado enormemente muchos de los procesos y la operativa diaria. Sin embargo, esto también tiene su lado oscuro: La competencia tiene el mismo acceso que nosotros a la tecnología, por lo que hay que invertir y actualizarse para no quedarse atrás.
Suena muy grandilocuente, pero es cierto. La tecnología ha cambiado nuestras vidas, tanto el día a día personal como a nivel profesional, en cualquier ámbito. Pero ahora os queremos hablar de uno en concreto: la relación entre las tecnologías de realidad aumentada y la logística.
¿Qué es exactamente la realidad aumentada y en qué se diferencia de la realidad virtual, mucho más conocida? La realidad aumentada consiste en superponer información en forma de datos virtuales a la realidad, por ejemplo, si pensamos en un almacén logístico, podríamos visualizar su contenido, pero al mismo tiempo visualizar datos sobre stock disponible, número de referencia, ubicación exacta… En cambio, la realidad virtual «construye» una realidad que sustituye al mundo real -por ejemplo, ver un bosque donde solo hay palés con cajas.
¿Cuáles son las aplicaciones de la realidad aumentada a la logística?
Actualmente, la realidad aumentada se aplica en diferentes puntos de la cadena logística. Aquí recogemos los usos más extendidos, pero hay que tener en cuenta que la evolución tecnológica es un proceso constante y acelerado, por lo que las aplicaciones aumentan casi exponencialmente. En este sentido, la empresa debe tener clara su estrategia, qué quiere mejorar y cómo conseguirlo, para adoptar aquellas innovaciones que le sean realmente útiles, y no dejarse llevar por modas tecnológicas del momento.
- Picking. Es el punto de la cadena logística donde el uso de la realidad aumentada está más consolidado para la búsqueda y selección de productos o la consulta del stock.
- Carga y transporte. Por ejemplo, para aprovechar al máximo el espacio de almacenaje disponible al cargar pedidos y para el transporte tanto dentro del almacén -para optimizar los recorridos en la preparación de pedidos-, como el externo -para planificar las rutas más rápidas en la distribución-. Esto es especialmente interesante en la llamada «última milla», que suele ser la parte más cara e ineficiente de la distribución.
- Comercio internacional. Muchas empresas de logística internacional recurren a la realidad aumentada para comprobar de forma rápida y fácil si la mercancía cumple con la normativa aplicable de importación y exportación.
- Servicio posventa. En empresas que proporcionen servicio de reparación y recambios, la realidad aumentada permite, al guiar la operación, reparar las máquinas o dispositivos de forma eficiente y sin errores.
Según la parte del proceso que queramos optimizar, necesitaremos aplicar diferentes tecnologías de AR, como sistemas de escaneo de alta precisión o tecnología OCR, enlazadas con wearables que nos permitan un acceso eficiente a la información virtual. Por ejemplo, gafas de realidad aumentada que muestren los datos superpuestos, auriculares y micrófono para el picking por voz, un escáner de anillo o un ordenador corporal. Una de las ventajas de estos wearables es que dejan las manos libres al operario para manejar los productos y las cargas.
Beneficios del uso de realidad aumentada en logística
Evidentemente, toda esta inversión en tecnología y wearables no se lleva a cabo porque sí, sino que se traduce en unos claros beneficios, como por ejemplo:
- Mayor productividad. Quizás el beneficio más claro de la AR aplicada a la logística es un incremento directo de la productividad, al proporcionar acceso en tiempo real a la información, y hacer más eficientes y rápidas las tareas en diferentes puntos de la cadena.
- Reducción de errores. Al automatizar tareas como la lectura y la entrada de datos se reducen los errores en la preparación de pedidos, el stock disponible…
- Menos estrés de los trabajadores, ya que pueden realizar sus tareas con más comodidad y seguridad, y se reduce su carga de trabajo.
- Más satisfacción del cliente, al optimizarse los tiempos de entrega y reducir los errores en los pedidos. Además, al realizar una distribución más eficiente, se reduce el coste final del producto, por lo que pueden ser más competitivos en los precios.
Como cualquier otra tecnología, tiene sus inconvenientes, como el elevado coste que pueden tener los wearables -incluido el mantenimiento, actualizaciones y reparaciones- el conocimiento necesario para implementar y usar estas tecnologías, o incluso la posible reticencia del personal a los cambios. Sin embargo, si las tecnologías se escogen e implementan de forma adecuada, es decir, respondiendo a necesidades y perspectivas de crecimiento reales de la empresa, los beneficios superan con creces las desventajas y, lo más importante, permite evolucionar, dar respuesta a los cambios del mercado y no quedarse atrás ante la competencia.